Año proyecto: 2020
Superficie: 102 m2
Duración de la obra: 5 meses
Tipo de vivienda: Residencial
Emplazamiento: Barrio Patraix, Valencia
En esta ocasión recibimos un proyecto en el que se pretende romper con todo lo que había preestablecido en la planta inicial de la vivienda, para unificar al máximo los espacios. El edificio en cuestión se presta al tipo de distribución diáfana proyectada, pues se trata de una vivienda en esquina con amplios ventanales en todas sus estancias. El concepto de cocina abierta puede aplicares en su máxima expresión en esta vivienda, en la que la cocina pasa a ser el elemento principal, y sobre el que se desarrolla el resto de trabajos de carpintería, que son el alma de este proyecto.
La vivienda queda separada principalmente en dos espacios: uno completamente abierto donde la cocina preside la zona central del mismo y la luz natural es protagonista debido a la disposición de los ventanales. Este espacio a su vez es transformable a través de un sistema de paneles plegables de suelo a techo que nos permiten sectorizar un pequeño despacho – estancia, dentro del conjunto. una vez transcurrimos por el espacio de salón – cocina, pasamos a la zona de habitaciones, donde la máxima vuelve a ser el aprovechamiento de cada centímetro y la polivalencia. Contamos con una habitación, que hace las veces de despacho, con una mesa hecha a medida que aprovecha todo el potencial de la luz natural al estar ubicada bajo uno de los ventanales. Además, dicha estancia cuenta con dos armariadas enfrentadas que proporcionan almacenamiento por un lado y una cama plegable por otro, pudiendo convertir esta estancia en un dormitorio en cualquier momento y sin esfuerzo.
En la habitación principal se sigue el mismo procedimiento de aprovechamiento de espacios con grandes armarios integrados y aprovechamiento máximo de la luz natural.
Como hemos comentado antes, el punto fuerte de esta reforma se encuentra en el desarrollo de la cocina como elemento principal, elaborada con tablero de nogal y encimera de piedra natural en color negro envejecido. Toda ella queda envuelta en armarios para almacenamiento tanto en cocina como en salón, este último presidido por una estantería integrada en pared, todo ello acabado en tablero de haya, produciendo contrastes de madera más que atractivos.