Materiales aislantes para combatir el calor en casa
Evitar que las temperaturas del exterior afecten a los espacios interiores de la vivienda es algo primordial para garantizar el confort en el hogar.
También es muy importante para ahorrar energía.
Y es que, muchas veces, no somos conscientes del despilfarro que supone que nuestra vivienda esté mal aislada.
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Las cifras hablan por sí solas: el aislamiento térmico de fachadas y cubiertas es una de las herramientas más eficaces para reducir nuestras facturas de climatización hasta en un 30%.
Si estás pensando en mejorar el aislamiento del calor de tu vivienda, hay otras ventajas pueden ayudarte a tomar la decisión:
- Revalorización del inmueble.
- Amortización de la inversión en pocos años.
- Reducción de las tareas de mantenimiento durante la vida útil del edificio.
- Confort térmico.
- Prevención de humedad y moho.
- Aislamiento acústico.
¿Qué es el aislamiento térmico?
Muchos edificios residenciales carecen de aislamiento térmico, ya que se construyeron antes de la existencia de normas específicas al respecto.
Este tipo de viviendas pueden tener filtraciones a través de la fachada (35%), el tejado (25%), el suelo (15%) o sus puertas y ventanas (10%).
El aislamiento térmico es «el conjunto de procesos de reducción de la transferencia de calor entre objetos en contacto térmico o en el rango de influencia radiativa».
En construcción, el término se aplica a los diferentes materiales y técnicas que se aplican en los elementos constructivos para separar un espacio climatizado del exterior o de otros espacios con el fin de reducir la transmisión de calor entre ellos.
Tipos de materiales aislantes del calor
Los materiales constructivos que repelen el calor pueden ser:
De origen vegetal
Algunos vegetales, como el algodón, el cáñamo, el lino, las fibras de madera o la celulosa, producen fibras que tienen aire en su interior, lo que ayuda a evitar las filtraciones de calor.
Para utilizarlos en construcción, deben pasar por un proceso industrial en que se aplican diferentes aditivos para mejorar sus propiedades.
De origen mineral
Este tipo de materiales aislantes se obtienen de minerales como la roca o la arena.
Destacan por sus buenas prestaciones térmicas, siendo muy habituales en construcción.
Los más famosos son la lana mineral (se obtiene a partir de la mezcla de arena de sílice y lana de vidrio que posteriormente sufre un proceso de fibrado) y la lana de roca (deriva del tratamiento industrial de rocas basálticas y posee una elevada resistencia frente al fuego).
Sintéticos
Se trata de materiales elaborados a través de compuestos químicos.
Entre ellos, destacan tres:
Poliuretano. La espuma de poliuretano se endurece una vez aplicada en la superficie, y aporta muy buenas prestaciones térmicas en cubiertas y fachadas. El poliuretano también se comercializa en planchas y paneles revestidos por otro material (aluminio, poliéster, etc.).
Poliestireno expandido (EPS). Conocido vulgarmente como «corcho blanco», es económico y fácil de instalar. Espumado y rígido, se fabrica a partir de gránulos de poliestireno expandible. Se moldea fácilmente, es muy versátil, es resistente al agua y a los golpes, y ofrece una gran resistencia térmica.
Poliestireno extruido. Es similar al poliestireno expandido, pero aporta mayor densidad y resistencia mecánica. Es un excelente aislante térmico y antihumedad, ya que apenas absorbe agua.
Reflexivos
Se trata de materiales que reflejan el calor por radiación hacia el exterior.
Se fabrican con varias capas de aluminio, burbujas de aire y polietilenos, y suelen colocarse en zonas que reciben directamente los rayos del sol, como puertas y ventanas.
PYL
Las placas de yeso laminado (PYL) son uno de los mejores materiales para evitar el calor en las casas.
El yeso es un material sostenible, reciclable, incombustible, resistente a la humedad y al moho, que evita las condensaciones y que reduce el ruido de impactos.
Las placas de yeso se emplean en actuaciones en fachadas por el interior (trasdosado directo) y por el exterior (trasdosado autoportante), y también para aislar cubiertas y techos.
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¿Qué material aislante de calor me interesa? Características técnicas
La elección de un material aislante está condicionada por la zona geográfica donde se encuentra la edificación, la viabilidad técnica de su instalación, el tipo de actuación (rehabilitación, reforma, impermeabilización, etc.) y el coste.
Algunas de las características que se valoran para elegir este tipo de materiales son:
- Conductividad térmica (λ). Indica cuál es la capacidad y facilidad del material para transmitir calor.
- Resistencia térmica (R). Es la capacidad de un material para oponerse al flujo de calor.
- Resistencia al paso del vapor de agua. Tiene que ver con la densidad del material, y es fundamental para evitar condensaciones.
- Comportamiento ante el fuego (clasificación estándar, desde la A hasta la F).
- Aislamiento acústico. Capacidad del material para absorber ruidos.
El mejor aislante térmico para protegerte del calor debe reunir estas prestaciones:
- Baja conductividad.
- Alta resistencia térmica.
- Resistencia al paso del calor entre 2 y 2,5.
- Buen comportamiento ante el fuego (A, B o C).
¿Cuál es el mejor aislante del calor para techos y paredes?
Los mejores materiales para aislar el calor del techo son el pladur y las placas de yeso.
En los techos de chapa, también se suele utilizar espuma expansiva de poliuretano (se aplica directamente debajo de la chapa, en la parte interior) y lana de vidrio con aluminio (este último sirve como hidrorepelente).
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Si lo que buscas es mejorar el aislamiento de paredes y fachadas, puedes optar por los paneles de yeso, de poliestireno expandido o de corcho, y reforzar con una pintura exterior aislante.
Aun así, la elección del material y la técnica dependerá del tipo de pared que tengas (grosor, material, orientación, etc.) y de si presenta alguna cavidad interior o está lisa.
Además de estos aislantes, para evitar que el calor exterior se filtre en tu vivienda debes controlar potenciales fugas a través de ventanas, puertas, extractores o conductos de ventilación.
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