¿Qué tipo de suelo radiante es el mejor para verano?
El suelo radiante es una de las mejores alternativas para calentar la vivienda, especialmente si vives en una región fría y con inviernos duros.
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Este tipo de calefacción tiene algunas ventajas, entre ellas la posibilidad de conectarse a instalaciones de autoconsumo solar o aerotermias, lo que facilita que el sistema sea mucho más eficiente.
Pero, ¿sabes que también hay un tipo de suelo radiante para verano y que, en lugar de calentar el pavimento, lo que hace es enfriarlo?
Te contamos más sobre el suelo radiante frío y sus ventajas.
Tipos de suelos radiantes según su tecnología, su energía aportada y el equipo utilizado
Un suelo radiante puede definirse, de manera genérica, como un sistema de climatización compuesto por un circuito de tuberías o cables que están instalados bajo el pavimento.
Según su tecnología, el suelo radiante puede ser por agua (consiste en disponer debajo del suelo un circuito de tubos por el que pasa agua caliente o fría, y que transmite su temperatura al pavimento) o eléctrico (se trata de una resistencia eléctrica que se coloca bajo el suelo y que se calienta cuando la electricidad pasa por ella).
Dependiendo del tipo de energía aportada, el suelo radiante puede ser para calefacción (es decir, el pavimento disipa calor) o refrescante (el llamado suelo radiante de verano).
Este último funciona únicamente con sistemas de suelo radiante por agua y, por sus características, se recomienda para en zonas de temperaturas altas y baja humedad (clima seco).
Por último, los equipos utilizados para generar la energía del suelo radiante pueden ser:
- Aerotermia
- Geotermia
- Caldera de gas
- Caldera de pellets
- Caldera de gasoil
- Paneles solares térmicos
Para más, descubre: ¿Es siempre buena idea realizar un revestimiento de suelos?
¿Cómo funciona el suelo radiante de verano? Algunos tips básicos
La calefacción por suelo radiante por agua se basa en la emisión de calor gracias al agua que circula por unos tubos embebidos en la losa de hormigón que forma el suelo.
Esta agua está a una temperatura en torno a los 40 °C.
Puesto que el circuito está distribuido por toda la vivienda, se consigue una gran superficie como emisor de calor.
El funcionamiento del suelo radiante frío o suelo radiante de verano es prácticamente el mismo.
Pero, en este caso, el agua que circula por los tubos no está caliente, sino a 15 °C.
De esta forma, el suelo puede absorber el exceso de calor del espacio y proporcionar una agradable sensación de frescor.
La principal diferencia entre suelo radiante de calor y de frío es que, en el primer caso, necesitas equipos o calderas que utilicen combustibles (relacionados con el petróleo o la biomasa) para generar calor; en el segundo, tienes que instalar bombas de calor o algún sistema similar.
¿Qué tener en cuenta a la hora de instalar el suelo radiante frío?
Por otra parte, si estás pensando en instalar un suelo radiante frío, tienes que tener en cuenta posibles problemas como la condensación, que puede provocar que aparezcan charcos en el pavimento o el parqué.
Lo ideal es combinar el suelo radiante refrescante con equipos de tratamiento del aire para extraer el exceso de humedad, como los deshumidificadores.
De hecho, el funcionamiento del suelo radiante frío es más complicado debido, precisamente, a que la humedad puede ocasionar problemas, siendo también importante instalar sensores y sistemas de autorregulación de la temperatura.
Respecto a las tuberías de los sistemas de suelo radiante frío, suelen tener un diámetro menor que los de suelo radiante caliente porque necesitan menos caudal de agua para conseguir el efecto deseado, y eso abarata su precio.
Aun así, si quieres que el sistema te sirva tanto para verano como para invierno, tendrás que instalar los tubos de mayor medida.
Por último, y aunque no está disponible en todas las marcas, algunos fabricantes aconsejan la implementación del suelo radiante frío en paredes y techos, ya que el aire frío baja y el caliente sube.
El objetivo es que la temperatura se distribuya de manera más homogénea.
Suelo radiante con aerotermia: ¿merece la pena?
El suelo radiante con aerotermia se considera un sistema de climatización muy eficiente tanto para calentar como para refrescar la vivienda.
En este caso, será necesario instalar una bomba de calor de aerotermia, que será la encargada de transferir el calor del aire exterior hacia el interior de la vivienda, o viceversa.
Aunque supone una inversión algo más elevada que otros sistemas de frío, como los splits de aire acondicionado, el uso de radiadores con aerotermia es una forma eficiente y limpia de climatizar nuestro hogar, tanto en invierno como en verano.
Las opciones son dos: utilizar radiadores convencionales o apostar por radiadores de baja temperatura para aerotermias.
Beneficios del suelo radiante de verano:
- Es un sistema de climatización integral: no necesitas tener radiadores para invierno y aire acondicionado para verano.
- Es un sistema muy silencioso.
- El frío se reparte por todo el espacio de manera homogénea.
- Las puertas no se cerrarán de un portazo, ni tendrás que pensar en abrir todas las ventanas de la casa para ventilar: el suelo radiante no genera corrientes de aire ni «mueve» el polvo.
- El mantenimiento del suelo radiante es mínimo, y el único componente que debes revisar es la bomba de calor.
- Ahorrarás dinero en tus facturas, sobre todo en comparación con el aire acondicionado tradicional.
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Instalar suelo radiante en tu reforma puede ser una gran idea, sobre todo si buscas un sistema de climatización integral y eficiente, que puede maximizar la eficiencia energética de tu vivienda.
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